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Cómo evitar caer en la trampa del personaje plano

Personalmente no me considero una experta en la materia. De hecho, soy la primera crítica de mis personajes, siempre temiendo estar haciéndolos todos similares y poco tridimensionales. En otras palabras: simples y repetibles. Uno de mis mayores temores como escritora es caer en el temible “todos tus protagonistas son iguales”, y es tal vez por eso que suelo trabajar igual o más que la trama a los personajes que creo.



No sé qué tan buenos pueden llegar a ser los personajes que creo, lo que sí sé es que con los años y la práctica he logrado mejorarlos y cada vez hacerlos más relevantes, así que he aquí 3 trucos que me han ayudado a lograrlo:

1. Evita a Mary Sue / Marty Stu

Esto es algo que creo ya haber mencionado antes. Este tipo de protagonista suma todos los ingredientes de una clásica receta cliche: el elegido + autoestima por el suelo cuando todos lo aman + todo le sale bien + mil cosas que ya se pueden hacer una idea.

El problema con Mary Sue / Marty Stu es simple: es un personaje tan vacío, que cualquier lector logra verse reflejado en este. Y aunque eso suele funcionar para enganchar en la lectura, lo cierto es que una vez cerrado el libro, nadie siquiera recordara su nombre. ¿Cuáles eran sus aficiones? ¿Qué amaba? ¿Qué odiaba? ¿Qué lo diferencia de la horda ya existente de típicos protagonistas todos cortados por la misma tijera para que alguien los recuerde?

Dale a tu personaje debilidades, fallas, defectos, gustos. Personalízalo. No agarres una plantilla ya demasiado utilizada y solo le pongas un nombre, porque entonces ese personaje solo vivirá lo que dure leer tu historia.

2. Experimenta

Esta es una regla autoimpuesta, y al menos a mí me resulta. De nuevo, como siempre es con la escritura, que a mi me resulte benéfica no significa que lo sea para todos. No existe un reglamento de cómo escribir. Es cuestión de que cada uno encuentre qué es lo que le resulta útil.

En mi caso, cuando termino una historia y paso a escribir otra, intento que mi protagonista sea lo más opuesto posible al protagonista de la historia anterior. ¿Por qué? Por desafío, el único modo de mejorar escribiendo es si siempre experimentamos e intentamos salirnos de nuestra zona de confort. No pueden existir límites para la creatividad. Ni siquiera con los personajes.

A su vez, esto me ayuda a luchar contra mi miedo de “todos tus protagonistas son iguales”. No quiero caer en un tipo repetido. Y el hecho de imponerme hacerlos diferentes, me obliga a definirlos lo más posible. No puedes diferenciar a un personaje plano de otro. Necesitas que sean profundos, con relieve, interesantes, para luego poder hacer su opuesto.

3. Dales motivaciones

Esto es algo que muchos escritores parecen olvidarse al comienzo, e incluso me ha pasado con autores de renombre. Lo entiendo, existe una trama principal, un gran problema en el que muchos personajes se juntan para intentar resolver. ¿Pero por qué?

Nos concentramos tanto en los protagonistas, que nos olvidamos de los demás personajes. ¿Por qué forman parte de la historia? ¿Cuáles son sus motivaciones para unirse a la trama? ¿Por qué esta allí en vez de abandonar todo e irse a salvo a su casa a mirar Netflix?

En serio. A veces, es tan simple como preguntarse por qué esta allí, y cuál es la razón por la que se queda. Y darles respuestas a esas preguntas.



Espero estos consejos express les sirvan al momento de crear personajes. Y como siempre digo, uno no conoce al 100% a sus personajes al momento de concebirlos, sino que los vamos definiendo cuanto más escribimos de estos.

Escriban para conocerlos mejor. Y no se preocupen por eso, la idea es que también el lector los conozca mejor cuanto más lea sobre ellos.

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