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Sobre cultura y diferencias

Algo que personalmente adoro al momento de crear historias es el jugar con los orígenes de los personajes y como eso puede definirlos en la trama. Bien utilizado, puede ser algo que le agregue originalidad a tu novela y sume valor al personaje.

He aquí tres consejos para evitar que esto pueda jugarte en contra:


1. Justificación

Puede parecer algo no tan importante, pero siempre creí que todo lo que sucede dentro de una historia debe estar justificado de algún modo. Sí, incluso algo tan trivial como esto. A lo que quiero llegar es: si sabes porqué has decidido que tu personaje sea diferente, creo que tienes más chances entonces de entenderlo mejor y enriquecer la historia.

Es decir, por dar un ejemplo rápido, cuando decidí que Key de “El ladrón de vidas” fuera japonesa, sabía que aquello me ayudaría con la trama. Esa historia trata mucho sobre el equilibrio entre la luz y la oscuridad, y mientras que cualquier otro personaje tal vez podría haber funcionado bien también, los japoneses creen mucho en el balance y equilibrio de la naturaleza como para que a Key le resultara más fácil aceptar y tratar con un brujo de magia negra.


2. Investiga

Se que repito mucho esto, pero siento que es la piedra fundamental en cualquier escritura. Y este en especial es un tema delicado. Si vamos a escribir sobre una cultura y país que desconocemos, lo mínimo que debemos por una simple cuestión de respeto es educarnos lo más posible. Por un lado, para que tenga coherencia, y por otro, para evitar disgustar a las personas que estamos queriendo representar con nuestro personaje.

Por favor, no inventen ni intenten escribir sobre algo que no saben. Es mejor limitarse, a comenzar a inventar si es una cultura ya existente.

Retomando a mi querida Key, ella es mitad japonesa del lado de su padre, y creció en Washington, lo que me facilita a mí al momento de tratar con una cultura que es imposible conocer al 100%. Lo que sí tuve a mi alcance fue a mi sensei de japonés, a quien volví loca con tantas preguntas para poder crear a un personaje que fuera real y no disgustara a su cultura.


3. Adáptate

Esto puede sonar extraño, pero soy de creer que los personajes tienen más poder que el autor. Cuanto más los conocemos, más ellos toman las decisiones en la trama en vez de nosotros. El hacer que tu personaje sea de otra cultura/nacionalidad afectará su comportamiento. Si has logrado informarte e investigar bien, incluso verás que puede que tu historia se vea afectada y tu personaje no tome las decisiones que inicialmente habías planeado. Y esto está bien, es señal de que lo has logrado y el personaje es fiel a su naturaleza. Es por eso que es importante saber ceder, y adaptarte tanto tú como tu historia a este rasgo distintivo que le has dado a tu personaje.

Ten la mente abierta, acepta la diferencias y disfruta de escribir algo nuevo.

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